Bajo el lema “ Cartes, Villa Medieval “, el escritor Amado Zabala Santamaría, presenta este jueves 26 de junio, a las 20,00 horas, un libro de 488 páginas, con profusión de fotografías. Un texto que, sin duda, da a conocer, pone en valor y divulga el rico patrimonio histórico de nuestra Cantabria. El evento tendrá como escenario las antigüas Escuelas Nacionales de Cartes. El autor basa su obra sobre el antiquísimo Monasterio de Yermo y el Valle de Camesa de Asturias, que nos retrotrae al tiempo del ducado de Cantabria y de su duque, Pedro, y a la ingente empresa de la Reconquista de España, así como al nacimiento del nuevo reino cristiano surgido al amparo de los Picos de Europa.
Destaca también que Cantabria tuvo el mayor protagonismo, lo que se confirma con el rey Alfonso I el Católico, años 739-757, y sus sucesores. Reino cántabro-astur, en el que en el siglo IX destaca el entonces importantísimo monasterio de Yermo, anteriormente a que surja la doble demarcación de las Asturias Orientales y Occidentales, es decir, las Asturias de Santillana y las de Oviedo, hasta que entrados en el siglo XI, el primitivo monasterio de Santa Juliana de Planes se convierta en la poderosa abadía de Santillana y esta villa se alce con la capitalidad de la muy importante Merindad de las Asturias de Santillana.
Aparte las iglesias románicas de Santillana, Cartes y Yermo que, junto a otras, jalonan la tradicional y ya para entonces milenaria ruta del Besaya, al centro de la merindad, surgen los señoríos que en plena Baja Edad Media se convertirán en auténticos estados. Son los señoríos de las importantes Casas de Castañeda y de La Vega, luego condes de Castañeda y marqueses de Santillana, respectivamente, que, a su vez, los primeros serán marqueses de Aguilar, y los últimos, duques del Infantado. Los de Castañeda ejercerán su señorío sobre los valles centrales de Castañeda, Toranzo, Iguña, Buelna, y toda la cuenca del Nansa, desde Tudanca hasta Val de San Vicente, ejerciendo la villa de Cartes como el centro administrativo del Condado, mientras en la villa de La Vega, la de la Torre de la Vega, serán los García-Laso de la Vega quienes ejerzan omnímodo poder sobre los pueblos de su mayordomado.
Eso si, independientemente del que desde Santillana, como marqueses y duques del Infantado, ejercían sobre los nueve valles y otras muchas posesiones que les pertenecían. De ahí que las tres villas del antiguo valle de Camesa, Santillana, Cartes y la posterior villa de La Vega, sean durante siglos protagonistas de tanta historia, desde la Alta y la Baja Edad Media hasta la caída del Antiguo Régimen y el advenimiento de la época constitucional y de la incipiente democracia del siglo XIX.